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¿Cómo elegir el grifo ideal para tu baño?

Cada baño es diferente con respecto a otro cualquiera, e incluso cada grifo también. Lo cierto es que elegir el grifo adecuado para tu baño no es tan sencillo como el adquirir el que por su vistosidad nos parezca más bonito. Debemos observar las características propias del mismo y focalizar nuestros pensamientos en aquel que nos ofrezca la máxima comodidad.

Nuestro grifo debe ser, en primer lugar, práctico y a su vez decorativo; grifo de lavabo, de bidé, de ducha… cada uno tiene sus propias características y se deben amoldar a tus rutinas en el baño y las de los tuyos. Por eso hoy os ayudamos a elegir el grifo que necesitéis para cualquiera de las tres modalidades:

Grifo de lavabo.

Es el más usado por razones obvias (lavado de manos, cara, dientes), el grifo por el que pasa más gente en tu hogar a diario. En el grifo de lavabo, vamos a detallar tres:

  • Monomando:
  • Bimando
  • Grifo temporizado

Monomando: como el mismo nombre indica, es un grifo para el baño con un solo mando. Se trata de una palanca que se mueve de izquierda a derecha para graduar la temperatura y de arriba hacia abajo para la potencia del agua. En este caso, además, existen grifos que al mover la palanca hasta la mitad, el agua sale fría, de este modo no se enciende la caldera. Cuándo tengáis que elegir grifo para el baño, pensad que el hecho que solo tenga una palanca se traduce en un ahorro de agua y de gas.

Bimando: en este caso, este tipo de grifo de baño tiene dos mandos con los que ajustar la temperatura y el caudal; un grifo para baños de estilo más clásico.

Grifo temporizado: un grifo con pulsador que se mantiene encendido durante unos segundos y, posteriormente, se apaga solo.


En otro orden de cosas, para elegir grifo para el baño, también debéis pensar en otra característica: si es de caño alto o bajo o si está encastrado:

– De caño alto: un tipo de grifo para baño perfecto en caso de lavabo sobre encimera.
– De caño bajo: elegir este grifo para baño en caso de lavabos integrados en el mueble.
– Encastrado: grifo idóneo cuando la toma de agua está en la pared.

Grifo de Bidé:

En este caso, se recomienda elegir un grifo para baño adaptado al bidé. Estos se suelen instalar sobrepuestos y suelen disponer de una pieza móvil que se coloca en el extremo del grifo y que permite mover la orientación del caudal del agua según el usuario y las necesidades.

Grifo de ducha o bañera:

Lo primero que se debe comprobar es si es un grifo de baño apto para los dos o solo para uno de ellos.

Existen, igual que en el caso de los grifos para el lavabo, monomandos o bimandos. En estos casos, el funcionamiento es el mismo. De todas formas hay que destacar que, en el caso de los grifos de ducha (o bañera) lo mejor suelen ser los grifos termostáticos, que se definen así:

Un grifo termostático es bimando. Con uno se ajusta la temperatura en grados y con el otro el caudal. La principal ventaja de este tipo de grifos es el hecho de poder disponer siempre de la misma temperatura. No es necesario regular la temperatura cada vez que enciende el grifo. Además, se trata de un grifo de baño que suele tener un “tope de seguridad” a 38 grados; lo cual es perfecto en los hogares con mayores y niños.

Para finalizar, lo que nos tiene que quedar claro es que al elegir grifo para el baño debemos encontrar el equilibrio entre estética y funcionalidad. La combinación perfecta para que nuestro baño, y en concreto nuestros grifos, se adapten al máximo a nuestras necesidades.